Preocupaciones absurdas
Me levanto corro las cortinas no veo nada. Pienso y me interrogo: una de dos o la persiana sigue bajada o todavía no he abierto los ojos. Veinte segundos levantado y debo ya posicionarme.
El pánico se apodera de mí. La sola idea de la gran cantidad de opciones por las que tendré que decidirme y optar hasta que vuelva a meterme en esta cama mía me deja paralizado.
Qué gran responsabilidad. Qué nervios. A cuántos favoreceré? Y lo más terrible a cuántos perjudicaré?
Ha pasado ya un minuto y sigo de pie.
Inmóviles mi dilema y yo.
Menos mal que ha llegado mamá gritando:
¡ a desayunar, a desayunar hoy todos juntos que es domingo y la mesa está servida!.
Sacudo la cabeza doy unas palmaditas en mis mejillas y bendigo a mamá.
Aspiro el aroma ascendente del café.
Bajo las escaleras y la abrazo sorprendida.
Gracias mamá.
Muchas gracias.
……………………………………………………………………………… ………………………
luciano 2017