Un poema para que lo recites a tu musa.
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Sufrí al hacerte sufrir
Reí por verte reír
Lloré al sentir tu llanto
Viví por estar junto a ti
Fui feliz en tu felicidad
Busqué la gloria por que fuera tuya
Coseché fracasos para buscar tu consuelo
Quise soñar y entrar en tus sueños
Finalmente lo conseguí
Después andando el tiempo
Me fui perdiendo
Y ya no supe si era yo
O era una huella del pasado.
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luciano
Pasar.
Pasarán soles y lunas
Y vientos y lluvias
Y los días seguirán viniendo
Para continuar pasando.
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luken.
Temas Varios.
Los hilos de Versalles ¿quién los movía? ¿Extorsión de Inglaterra y Francia?
El consejero privado de David Lloyd George (primer ministro británico) era el judío Sir Philip Sassoon; el alter ego de Woodrow Wilson (presidente EE.UU.)era el coronel Edward Mandell House y su consejero privado, Louis Dembitz Brandeis, ambos judíos. El barón Sonnino (italiano) era él mismo próximo de los judíos. Clemenceau mantenía como omniscente secretario al israelita Georges Mandel. El consejero militar de los “grandes” era el judío Kish y el intérprete y única persona que asistió a todas las conversaciones celebradas por los primeros ministros, era el hebreo Mantoux. El presidente de la Sociedad de Naciones fue el judío Hymans quién a su vez nombró a su correligionario Lord Levi Lawson of Burnham director del departamento de prensa, desde el cual ejerció una feroz censura sobre las actividades de la “fuerza secreta e identificable” de que hablara Wilson en un fugaz momento de sinceridad.
Archibald Maule Ramsay dice: <<los secretarios y asesores judíos se reunían cada día a las seis de la tarde después de las sesiones oficiales y decidían el plan de trabajo a adoptar y las decisiones a preconizar al día siguiente>>. Los resultados de la tortuosa política de tales individuos fueron desastrosos para Europa. La verdadera razón del poderío inmenso del judaísmo y su casi absoluto predominio en los países de regímenes parlamentarios.
¿Estaba Hitler enterado de toda esta información? Habría que suponer que lo estaba.
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luciano 2020
Las pandemias confinan. El confinamiento limita la capacidad de elegir, cualidad que distingue al ser humano. La que le permite llamar vida a su existencia.
Si no eliges, no vives. Si no vives, te deprimes, enfermas y este sí que es un largo y verdadero contagio.
La incógnita es el tiempo de duración. Sin tener noción alguna, sin saber cómo, ni porqué ni cuando, sí que tenemos la esperanza que será breve y pasajera y volverá la vida que disfrutábamos anteriormente y que es de la que todo el mundo se quejaba pero ahora es la que añora. Y más nos vale creer y tener fe en que sea así porque la otra opción sí que sería complicada tanto en cuanto nos crearía dudas muy razonables acerca de qué argumentos tendríamos para seguir viviendo.
Entre otras muchas experiencias esta pandemia nos enseñará cómo un bichito mínimo es capaz de mostrarnos la delgada línea que se divide entre una sociedad del libre consumo con aires de prepotencia y el contagio del miedo que muestra todas las debilidades y miserias humanas.
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luciano 2020
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