Vistas de página en total

miércoles, 9 de febrero de 2022

luken

 Temas Varios.

Una versión breve y muy personal de lo que quizá sucedió.

Los hilos de Versalles ¿quién los movía? ¿Extorsión de Inglaterra y Francia?

El consejero privado de David Lloyd George (primer ministro británico) era el judío Sir Philip Sassoon;  el alter ego de Woodrow Wilson (presidente EE.UU.)era el coronel Edward  Mandell  House y su consejero privado, Louis Dembitz Brandeis, ambos judíos. El barón Sonnino (italiano) era él mismo próximo de los  judíos. Clemenceau mantenía como omniscente secretario al israelita Georges Mandel. El consejero militar de los “grandes” era el judío Kish y el intérprete y única persona que asistió a todas las conversaciones celebradas por los primeros ministros, era el hebreo Mantoux. El  presidente de la Sociedad de Naciones fue el judío  Hymans quién a su vez nombró a su correligionario Lord Leví Lawson of Burnham director del departamento de prensa, desde el cual ejerció una feroz censura sobre las actividades de la “fuerza secreta e identificable” de que hablara Wilson en un fugaz momento de sinceridad.

Archibald Maule Ramsay dice: <<los secretarios y asesores judíos se reunían cada día a las seis de la tarde después de las sesiones oficiales y decidían el plan de trabajo a adoptar y las decisiones a preconizar al día siguiente>>. Los resultados de la tortuosa política de tales individuos fueron desastrosos para Europa. La verdadera razón del poderío inmenso del judaísmo y su casi absoluto predominio en los países de regímenes parlamentarios.

¿Estaba Hitler enterado de toda esta información? Habría que suponer que lo estaba? En su fijación con el exterminio judío, ese odio visceral y descontrolado podría estar justificado en la mente de Hitler el reconocer como culpables del proceso de Versalles a todos los secretarios- subsecretarios y jefes de protocolo de los dirigentes ingleses, franceses, americanos e italianos que fueron los que redactaron el tratado de humillación.

Bien pudo pensar que su país y él significaban lo mismo. Reclamó para su tierra lo que él creía que era de sus compatriotas. No se lo dieron. Entonces lo cogeremos, pensó. Y lo proclamó. Se preparó y cuando se sintió poderoso entró en acción. Haremos de la necesidad, virtud. Detrás de él tenía a todo un pueblo, industriales, capitalistas, antisemitas, anticomunistas y sobre todo a las clases pobres que eran mayoría. Los “cuatro” que le hicieron oposición fueron diluidos de inmediato. En el año 33 uno de cada tres asalariados en Alemania estaba en el paro. Total seis millones de parados. En el año 39 plena ocupación laboral. Sólo empleó en su discurso un lema: Somos un gran país, una gran nación y un gran imperio. Vamos a recuperar lo que nos quitaron. El pueblo cayó rendido a su mensaje y él se sintió Dios. Lo siguió sintiendo pero como mortal que era fue bajando poco a poco de los cielos hasta caer en los infiernos arrastrando a todo un país con él.

¿Si no hubiera sido con Hitler habría sido con otro? Lo razonable sería decir sí. El caldo de cultivo estaba creado. El discurso estaba en el sentir de la mayoría. Disponía de muchos ingredientes. Solo había que ponerlo en práctica y actuar.

Ahora bien: Desde un punto de vista sociológico y hasta psicológico quién puede decir que no fuera una víctima de su endiosamiento al que elevaron no solamente los propios sino también los que posteriormente fueron sus enemigos. El personaje consigue un “rol” social, un modelo de vida y es prácticamente imposible apearse del modelo. Estás demasiado absorto y atrapado por su significado y te conviertes en rehén de su figura. No hay vuelta atrás. No puedes rectificar aunque quieras. No puedes defraudar. Eso significa traición. Estás obligado a continuar aunque ello signifique sufrimiento. Tienes que simular que cada día es nuevo y lleno de esperanza para millones de personas y porqué no puede ser posible que estés harto de representar ese papel, esa escena. Quizás decides llevarla hasta morir, hasta el último momento siendo consciente y sufriendo por sentirte víctima de lo que te ha tocado escenificar. Quién lo sabe? Es posible que quizá no estuviera tan loco? Que la locura que se le atribuye sea simplemente porque perdió? Qué se hubiera escrito acerca de él si hubiera ganado? No hay respuesta aunque pueda haber suposiciones que serían solo eso, suposiciones.

¿Qué pensaba realmente Heidegger acerca de este personaje? Del primer Hitler y del segundo Hitler? Quién lo sabe?

¿Por qué en la primera guerra no hubo la animadversión contra los judíos que sí se produjo en la segunda?

¿Era antisemita Alemania bajo el mando de Otto von Bismack?

…………………………………………………………………………

luciano 2020

 


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario